sábado, 31 de marzo de 2007

Ghost raider




HISTORIA



John Blaze quedó huérfano cuando su padre –Barton Blaze, protagonista del Show de la Moto Temeraria de Crash Simpson– murió realizando una peligrosa acrobacia. Adoptado por Crash Simpson, el joven dominó rápidamente los trucos del negocio. Cuando supo que Simpson estaba muriendo de una rara afección sanguínea, Blaze finalmente recuperó el valor para actuar con su vieja preocupación por las ciencias ocultas. Interfiriendo en las fuerzas oscuras más allá de los límites de la comprensión humana, Blaze recreó un antiguo ritual y cambió su alma inmortal para una cura milagrosa –sacrificándose por su padrastro.
Blaze había sacrificado su alma misma por nada: Un rejuvenecido Simpson cayó ante su muerte intentando la acrobacia más ambiciosa de su carrera celebrada por la historia. Habiendo engañado a Blaze para que perdiera su alma, el Diablo se materializó para reclamar su deuda. Pero la hija de Crash, Roxxane, expulsó al demonio del plano mortal recitando un hechizo de destierro que ella había recogido de uno de los libros de Blaze.


Incapaz de tomar posesión de su recompensa prometida, Satán unió la llama viviente que era el alma del demonio Zarathos al cuerpo de Blaze. Después de esto, la fusión de espíritus se manifestaría cada anochecer en la forma de Ghost Rider, quien usó sus poderes demoníacos para crear una motocicleta mística de puro fuego infernal. Al principio, Blaze dominaba la personalidad de Ghost Rider. Después de unos meses, sus automáticas transformaciones nocturnas finalizaron. Entonces se convertía en Ghost Rider cuando percibía místicamente el mal en las proximidades, vengando las vidas inocentes manchadas por el toque del mal. Pero cuanto más Blaze se convertía en Ghost Rider, más fuerte crecía el demonio.
Blaze estaba condenado a llevar una vida dual. Por años, él y Zarathos lucharon por el control de su entidad compuesta. Todo el tiempo, Blaze peleó valientemente para prevenir que su segunda personalidad satánica saliera furiosamente. Exorcizando eventualmente a Zarathos cuando el demonio fue bloqueado en una consumidora lucha con un antiquísimo adversario, la mitad humana de Ghost Rider tuvo una existencia pacífica –más o menos pensada.
Años después, Blaze se halló añorando la emoción de su anterior vida –una parte de él extrañaba a Ghost Rider y sus aventuras juntos– y añorando la libertad del camino libre. Rodeado una vez más por azufre y fuego infernal, un Blaze mayor y más sabio aceptó su condición como Espíritu de Venganza. En el fondo, Blaze espera que el viaje nunca termine. Y así Ghost Rider aparece en las carreteras de América, infligiendo su ira en las almas de los malvados y los condenados, marchando sobre el asfalto en nombre del castigo justo.

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